DISCRIMINACIÓN

DISCRIMINACIÓN-CÓMO EVITARLA



Discriminar significa: Diferenciar, separar, dar trato de inferioridad a una persona o colectividad. Sus sinónimos son: Diferenciar, separar, segregar. Siempre ha existido la discriminación. Pocos o muchos, alguna vez han sufrido sus efectos por algún motivo: Raza, religión, nacionalidad, ideología política
La primera educación se recibe en el hogar, es allí donde se deben inculcar los valores más significativos para la vida, entre ellos, la no discriminación. A los/as niños/niñas se les debe infundir el aprecio, el respeto por sus compañeros/as de colegio, sin distinción. Muchas personas aún sienten antipatía por la raza negra, los miran con desprecio, con prevención…

Hay gente que no tolera ni acepta lo diferente. Los niños, cuando son muy pequeños, solo se identifican como varones o hembras, no son capaces de categorizar a alguien por su raza, pero a medida que van creciendo y observando las reacciones de sus padres/madres, maestros/as, amigos/as... Pueden o no mirar con ojos de discriminación a los que son diferentes. Por ello, me parece importante que hablemos de las razas con nuestros/as hijos/as, con naturalidad, para evitar la discriminación racial.

No soy experta en prevención de discriminación racial, pero desde mi estilo, te dejo algunas respuestas que puedes dar a tu hijo/a según lo que él/ella te pregunte:

¿Por qué esta niña tiene otro color de piel?

‘Todos tenemos un color de piel diferente. Unas más claras, otras más oscuras.’ Puedes dar ejemplos como: ‘nuestra piel es como las plumas de los pájaros o las alas de las mariposas. Aunque sean el mismo animal o insecto, no existe una mariposa que tenga el mismo diseño y color de alas que la otra. Y las nubes… Lo bonito es que sean diferentes, ¿verdad?’.



¿Por qué mi pelo es lacio y el tuyo es rizado?

Dile a tu hijo/a que no todos somos iguales físicamente aunque seamos mamás/papás e hijos/as. Señala que en las familias, no tiene porque una hija parecerse a su padre o madre. No siempre es así.



Y si tu hijo/a, alguna vez, llegue a casa haciendo algún comentario racista, o llegue a etiquetar al otro como ‘la niña negra’, ’el niño chino’ o ‘el niño rubio’, corrígele diciendo que hay que llamar a las personas por su nombre, no por su color de piel o por la apariencia que tengan. Y un consejo: procura que tu hijo/a juegue con niños/niñas de diferentes razas, de distinto idioma o condición social. No hay nada como la práctica para derribar tabúes y prejuicios.


A continuación os muestro un vídeo que me pareció simpático, y donde se ve claramente como sin pronunciar una palabra se puede discriminar y herir a otra persona, solo con el uso de gestos.





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